martes, 14 de mayo de 2019

Náufragos en altamar



Descríbame sus ganas, sin tapujos, sin decir “tal vez mañana”. Provoque con su fuego una erupción, como el volcán que sin temor desprende magma.

Hagamos del amor tizón ardiente, y después de pernoctar bajo la luna, abriremos el portal de lo silente; seremos dos sedientos en la mar, naufragando con la piel ardiente.

Si me pierdo junto a usted ¡nada me importa!, porque el tiempo que pedí para sentir su palpitar no es una prosa; disculpe si la quiero acurrucar, pero sentir la candidez de su mirar, es otra cosa.

Atrévase a soñar, incluso al despertar, señora hermosa.

Roberto Soria – Iñaki

No hay comentarios:

Publicar un comentario