sábado, 4 de mayo de 2019

Ángel caído




Caí, en el abismo que gritaba sin piedad «no puedes». Los tumbos me han dejado cicatrices por tu ausencia… ¡Te fuiste, y no lo puedo comprender! ¡Maldita sea! El adiós que no esperaba fragmentó mi corazón; soy egoísta.

De a poco puedo ver que tu partida es la lección…, que más se necesita. Hay tanto por hacer con el perdón, que hoy voy a comenzar: ¡Basta ya de seducir la sinrazón!, pues no quiero defraudar sin ton ni son, lo que gravé en tu vista.

Dondequiera que tú estés, allí estaré, pues nos une el eslabón forjado en el cordón que dentro de mi ser, creció sin prisa.

Prometo ser valiente, y remendar lo que por culpa del dolor está raído. Ya no quiero claudicar: ¡Estoy harta de llorar! Hoy rescataré el amor que por amor, había perdido… Estoy dispuesta a reiniciar, ángel caído.


Roberto Soria – Iñaki
Imagen pública


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