Hoy he recibido un comentario muy valioso,
intangible, tan acertado que me ha puesto la piel de gallina. Como escritor, y
como ser humano, no puedo dejar de agradecer por tan enorme aporte. No
mencionaré la publicación para no generar debate; simplemente diré que, como
seres humanos, merecemos respeto: las mujeres no son la excepción, para las
cuales escribo, porque desde mi humilde opinión son lo mejor que he conocido,
incluidas mi madre, mi esposa y mis hermanas, así como todas las damas que conozco; sin menoscabo al género masculino.
Mencionar las virtudes de las mujeres sería
redundar, en cambio, diré que me sabe bien hablar de ellas; alabar sus bondades,
ocultas o bien disimuladas en esa aparente fragilidad, me conduce a meditar
sobre su resiliencia, por cierto, encomiable.
Hoy, en mi país, muchas mujeres mueren a manos
de miserables sin escrúpulos y, por desgracia, las autoridades, INCOMPETENTES,
nada hacen al respecto. No me llevo bien con la violencia, pero al ponerme en
los zapatos de quienes han sido privadas de la vida, me hace dudar si la
justicia por propia mano es razonable y aceptable. Solo quienes han padecido
tan aberrantes acontecimientos saben lo que llevan cargando en sus mochilas, lo
cual, merece mi respeto.
Muchísimas gracias, querida y respetable
Carmen.
Roberto Soria - Iñaki
Imagen pública