viernes, 21 de septiembre de 2018

El Gigoló



EL GIGOLÓ

Los hilos del destino nos mueven cual marionetas en el escenario inexorable de la vida. Discernir entre la complejidad de los sentimientos que experimenta el ser humano es —al menos para muchos— equivalente a descifrar el misterio que se encierra en el Big Bang —guardadas las proporciones—. EL GIGOLÓ nos presenta esa extraña mezcla metafórica con sabor ambivalente que produce el blanco y negro, o si se prefiere, lo correcto y lo incorrecto.
¿Fantasías que rayan en la realidad? O, realidades que rayan en la fantasía. Octavia —protagonista de esta historia—, nos induce en una reflexión donde el tesoro más valioso que se puede poseer nada tiene que ver con lo banal, aunque lo mundanal termine siendo la recompensa a un comportamiento conductual no meditado; quizá anhelado, pero jamás ventajoso.
Francesco —un joven con aspiraciones claras— recibe —sin saberlo— la mejor de las lecciones. «Invariablemente se busca en el entorno lo que guardado se lleva por dentro.» Él, descubrió una faceta que le resultaba ajena en un esfuerzo por crecer como persona. Blanca Miosi —autora de esta novela corta— lo ha dicho en incontables ocasiones: «La obtención del éxito no radica propiamente en el talento, sino en las formas.» Es cierto; de manera subliminal lo ratifica en esta su obra.
La escritora —Miosi— nos presenta una forma elegante de conjugar ese misterio que supone la ficción, con ese toque… “Delicatessen Literario” al que nos tiene acostumbrados; aunque debo confesar que me quedé con “hambre”, quizá, para zanjar de manera diferente lo concerniente a “la otra Octavia”.
Querida Blanca Miosi, muchas gracias por las letras que fluyen de tu pluma; novela recomendada.

Mi corazón está contigo,

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