Alguna vez, la autora de
AMOR CON H: Aída Del Pozo Aceves,
lanzaba una pregunta directa en las redes sociales: «¿Los escritores “somos” lo que escribimos?» Mi respuesta
—sin dudar— fue inmediata… SÍ; pero no de la forma errónea que se puede “suponer”. Cada estilo, cada género
literario; en novelas cortas o largas, incluso en best sellers, el autor deja parte de su vida, de sus sueños, de sus
expectativas.
Después de terminar de leer
esta “magnifica historia” me tumbé
sobre la butaca del salón para tragarme el último punto final; dicho sea con placer.
Debo refrendar que disfruté
de principio a fin, que cada capítulo me llevó de la mano hasta las “narices” mismas de los personajes. Amé
a quienes debí amar; incluidos aquellos que ganaron mi aversión.
Presentar la vulnerabilidad del
ser humano pareciera tan sencillo, mas no lo es, mucho menos plasmarlo en una
narrativa tan light, utilizando un
lenguaje coloquial, sin locuciones rimbombantes que suelen generar un divorcio
entre lector y escritor.
A lo largo de mi camino en
esta vida he discernido sobre la complejidad que representa el “manejo y control de las emociones”. AMOR
CON H ratifica mi teoría: «No somos lo
que decimos ser, son nuestros actos los que determinan en realidad quienes
somos.»
Las cuestiones conductuales son
la base para definir el curso de una sociedad tan frágil, tan estresada, tan
necesitada de retomar los preceptos que conducen a la felicidad que cada quien
pretende. Bueno-malo; blanco-negro. Libre albedrío; cada quien estructura su
propio destino.
No me resta más que agradecer
y felicitar profunda y sinceramente a la autora, y recomendar sin dobleces “esta” su obra.
—Querida Aída: Nunca dejes
de escribir; que no se muera la pluma.
Con cariño
Roberto Soria - Iñaki
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