Mis manos se crisparon sobre el lienzo; insulso y pálido cual vil
mortaja. Su resiliencia se había vencido ante la muerte, junto al pincel y los
colores que le amaban.
(…) —Me deslizaré sobre tu cuerpo
blanquecino—. Le prometió con cada cerda ilusionada. ¡Y de color embadurnó el
manguillo! Hasta lograr el exquisito clímax con su amada.
El caballete fue testigo del amor que se juraban. ¡En la paleta mil
colores celebraban! No había distingo… El blanco… El negro… Hasta la escala de
los grises fue invitada.
Sí, estuve ahí… Mis manos con placer
acariciaban cada gota de pintura derramada, y las cerdas del pincel se daban
tiempo para decorar la bata que en mi cuerpo se ajustaba.
Centenares de obras terminadas,
hablando por sí mismas de las experiencias alcanzadas.
Todo era júbilo; la primavera, el
verano y el otoño, hicieron pausas para beber el néctar que del lienzo y del
pincel se derrochaba…, pero llegó el invierno.
Mañana gélida; ¡cristales engrosados
por el hielo en las ventanas! Impidiendo que la luz del sol se presentara.
Había un motivo; al interior del gran taller un cruel festín daba comienzo…
Polillas asesinas devorando al caballete. La resequedad en vil orgía petrificaba
a las pinturas.
Entretanto, el lienzo fustigado por
los pliegues endosados por el inclemente tiempo, tan sólo musitaba.
—Pincel amado; efímera felicidad que
por capricho del destino ha terminado. Mi deseo es encontrarnos nuevamente para
culminar el gran idilio entre nosotros.
El pincel agonizaba. Cada cerda de su
cuerpo era arrancada… Su verdugo era el solvente.
—Acércate —me dijo suplicante—. Tengo
unas palabras para el lienzo…, por favor, hacedle llegar este mensaje:
Volveremos a encontrarnos; de tu amor
estoy seguro. Las caricias que nos dimos han quedado registradas en las obras,
sin la necesidad de recurrir a las palabras.
Me deslicé sobre tu cuerpo hasta
saciarme, mientras gozabas con pasión de mis caricias. Ambos dimos lo mejor no
cabe duda. Nuestro tiempo en el reloj se ha terminado. Pero me marcho jubiloso
y bendecido, pues nuestro amor exponencial aunque prohibido, en mil y un trazos
lucirá conmemorado.
Roberto Soria -
Iñaki
Imagen de Gabriela Domina
Gaviota Multicolor
Artista plástica
Imagen de Gabriela Domina
Gaviota Multicolor
Artista plástica
No hay comentarios:
Publicar un comentario