La vida, generosa, se ha empeñado en compartir conmigo las
lecciones más hermosas. He viajado, he conocido personas maravillosas. Desde
que recuerdo amo la poesía, lo que me ha permitido plasmar tantos poemas como
las gotas mismas del rocío.
Poseedor de
los tesoros más valiosos…, mi familia. Cuna en donde los valores me han sido
inculcados. Mis ojos han mirado mucha historia, un proceso en donde las caídas
han dejado mis rodillas doloridas; pero sigo, no me arredro, pues me siento vivo, aún caminando entre los muertos.
Con
todo mi cariño para mi gran amigo, poeta y analista político Francisco Pelufo
Martínez —Kokoro—. ¡Venga¡ Viejo zorro, que la pluma se decanta
por tu versos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario