viernes, 29 de marzo de 2019

Recetario




Coincidieron: Ella y él, en ese espacio indómito, lugar donde las fieras humanas marcan territorios; selva de asfalto, cementerio de ilusiones tan efímeras como el suspiro que se sabe transitorio. Confundir amor con compañía es un agravio; trampa que se gesta en la necesidad de suplantar la soledad con ironía.

Vayamos al menú del día.

Ciento ochenta grados; temperatura del horno que cocina la ignominia. Los ingredientes que requiere el recetario están sobre la cama: El plato a preparar son «Sueños rotos»:
Una porción de abandono
Dos cucharadas de mentiras
Una pizca de promesas
Media taza de fantasía
Un trocito de amargura
Una barra de placer y…
Sal al gusto

Mezclar los ingredientes el tiempo necesario, hasta lograr la consistencia del problema. Después, hornear por tiempo indefinido; que la flama del encono tueste la textura del amor comprometido, hasta formar una costra…, la costra del olvido.
Verter en platos hondos, tan profundos como la botella que custodia el vino. Cortar con el cuchillo más filoso el producto ya servido, hasta desgarrar los grandes trozos que degustará la iniquidad del comensal que saciará su apetito tan mezquino.



Roberto Soria – Iñaki
Imagen pública

No hay comentarios:

Publicar un comentario