Impoluta, cual pétalo de
flor que impregna con su aroma el entorno en el que crece, sin importarle que
lo agreste del camino le presente mil espinas. La fragilidad le viste, atuendo
que la vuelve vulnerable; controversia digna porque en realidad debajo de su
piel es la más fuerte.
Productora de semillas,
única en su especie. Su fertilidad es encomiable; no obstante, su magnificencia
es empañada por la masculinidad que representa a la ignorancia, verdugo que se
jacta de sabihondo.
Mujer funambulista que
camina en el alambre, haciendo malabares muchas veces infructuosos en su
intento por huir de la barbarie. Musa ambivalente, inspiración de quienes plasman
en sus obras la belleza. En contraparte, objeto utilizado como carne de cañón
para satisfacer bajos instintos; el escarnio haciendo alarde.
Admirable, al menos para mí;
por una simple razón, porque también funambulista era mi madre.
«8 de marzo…, una fecha
especial, en donde la consciencia pugna por detener la violencia. Hagamos algo
al respecto. Mujer; ¡muchísimas felicidades!»
Roberto Soria – Iñaki
Imagen pública
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