Mi fragilidad podría romperse con el soplo de una ofensa, mas
fui confeccionada de aleaciones resistentes.
Mis alas —invisibles— no se hicieron para decorar el interior de
alguna jaula; mi vuelo es libre. Por lo tanto, mis pensamientos y sentimientos
no requieren de cadenas; ataduras que pretenden minimizar mi valía.
Soy un molde; de mi vientre surge vida. Fui creada para
preservar la especie, y con ello, ser reconocida.
Soy lumbrera, portadora de una gran inteligencia; tanta, como el
pensamiento de los grandes sabios que hablan mucho sin decir palabras.
Inspiro amor, ataviado de ternura; eso me hace vulnerable
—cierto—, y aunque a veces el flagelo me lastima, no me parte. Porque soy
mujer, con ese toque singular que nadie puede superar; soy obra de arte.
Roberto
Soria - Iñaki
Imagen
pública
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