viernes, 12 de octubre de 2018

Cómo quisiera




Quisiera tener la sensibilidad del ciego para poder mirar lo que los ojos no ven al despuntar el alba. Del poeta; el sentir de cada verso, para llegar al corazón perverso y deshacer las rocas que le impiden florecer el alma.
¡Ay, cómo quisiera! Que de mi pluma brotaran los sonetos precisos para mitigar las penas, enjugar el llanto y compartir la calma. Me imagino durmiendo en la pradera, cobijado por la luna sin tener que protestar porque la vida es cara. Sí, cómo quisiera; vivir sin guerras, abrazado a mi María, sintiéndola temblar entre mis brazos sin malicia ni utopías. La imagino besándome en la cara, hilvanando telarañas para prolongar lo corto de la vida hasta convertirla en larga; gritándome de lejos: —¡Hey, amado mío!, ¡bebamos de las aguas cristalinas de los ríos!— Mientras mis hijos juegan sin preocupaciones entre los peñascos que bordean la casa.
Cómo quisiera, decir a mis vecinos que en el pote de comida tengo una porción que quiero compartir con ellos; sentarlos a mi mesa, y reír a carcajadas sin temor a despertar mañana…
Sí, no tengo duda; cómo quisiera que la cruel verdad que nos asfixia solo fuera pesadilla, y saber que la luz de un nuevo día nos espera con paciencia…, porque la noche es larga. Cómo quisiera.

Roberto Soria – Iñaki
Imagen pública del pintor: Leonid Afremov

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