No me despiertes, al menos no todavía.
Deja que mis sábanas envuelvan esos besos
prometidos;
mañana se convertirán en sombras.
Mil noches de desvelo son testigos de lo
mucho que la extraño…
Mi almohada me reprocha por los sueños rotos;
culpa de la triste realidad que me acongoja.
Se fue cuando mi mente se dormía; sin mirar
atrás,
sin importar que mis pisadas se fundieran con
el hielo.
Huellas de mis pies descalzos agrietados por
el tiempo.
No, no me despiertes todavía,
que la estridencia de tu auricular no solo
romperá mis tímpanos,
lo hará también con sus vestigios yertos.
¡Y no le llames! Que su línea sonará ocupada,
lo mismo que el buzón de sus mensajes.
Ella duerme entre los brazos de otro hombre y
yo…,
abrazado a las caricias de la nada.
Roberto Soria – Iñaki
Imagen y arte de:
Oscar Tusquets
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