jueves, 21 de febrero de 2019

Deshonra



Decidida estaba; la muerte sería el remedio para terminar con las cadenas que laceraban sin piedad mi cuerpo. Hablando con mis recuerdos hice miles de reproches hacia el tiempo, un tiempo lerdo, pero afilado como la cuchilla de la hoz que mi padre utilizaba para segar los verdes campos que bordeaban nuestra casa… Campos malditos, testigos mudos de la deshonra que sufrí cuando cumplí los quince. Maldije los momentos de fatalidad que me asediaron, mancillando sin piedad mis ilusiones.
Mi primo, en aquel entonces, celebraba su cumpleaños número veintiuno. Andaba ebrio, dando tumbos y lanzando pestes en contra de la novia que lo sumergió en el abandono. Su mirada era de fuego; abrasadora, asfixiante, capaz de derretir cualquier bravura. Sentí mucho temor, tanto, que instintivamente me aparté de su camino; demasiado tarde, él, me había visto…
—¡Epa! ¡A dónde vas con tanta prisa? —Espetó iracundo.
—Voy a casa; vengo del colegio. Mis padres esperan mi llegada —respondí entre bisbiseos.
Se acercó hasta mí. Yo, anquilosada, apreté mis libros contra el pecho; acto endeble, pues de un solo manotazo él, mandó hacia el suelo mis escudos de defensa. Me cogió con brusquedad de mis desnudos hombros, atenazándolos sin importar lo frágil de mi complexión delgada. Su aliento me quemaba la respiración, calcinando mis palabras y petrificando con su ardor mis ignorados ruegos. Nada pude hacer para evitar el acto cruel que se gestara en las inmediaciones de la siembra.
Mis gritos fueron acallados con un par de bofetadas que minaron mis sentidos… Me desgarró la ropa; ¡me succionó los pechos! ¡Sus largos dedos exploraban con lascivia mi entrepierna…! Un golpe en el mentón me derrumbó en la hierba; no supe más, la realidad había escapado a mi consciente.
Minutos sempiternos; cuando pude reaccionar, él, se abotonaba la camisa.
—¡Cuidado con decirle esto a alguien! Lo pagarías muy caro; ¡golfa!, ¡zorra! —me dijo amenazante; después, se retiró escupiéndome a la cara.


Continuará…


Roberto Soria – Iñaki
Imagen pública



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