No te dejes impresionar por los años que tengo; debajo de mi
piel marchita late un corazón que se desnuda en un suspiro sempiterno.
Las grietas de mi rostro guardan miles de recuerdos, algunos
cobijados por el miedo; temor a no saber si voy o vengo, pues el tiempo en mi
reloj se desliza en un cansino caminar que me promete navegar en ese mar que se
presume como eterno.
Cuando el momento llegue, en mi equipaje llevaré dos cosas; tus
caricias, y mil versos.
Roberto
Soria - Iñaki
Imagen
pública
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