Siempre he dicho que, como escritor, y por
respeto a nuestros lectores, debemos investigar sobre lo que escribimos sin
importar que sea ficción o realidad. La imaginación es infinita, cierto, y
cuando es acompañada de elementos sustentables adquiere un valor específico.
Después del preámbulo diré que: Los seres humanos no somos “RATAS DE
LABORATORIO” para que, los autodenominados “poderosos”, experimenten con nosotros.
Han logrado su propósito perverso, el de desestabilizar
al mundo con la supuesta pandemia. ¿El virus existe? ¡Por supuesto! Pero no en
la magnitud que nos han hecho creer. Basta con buscar información verídica
emitida por los portavoces internacionales, reconocidos expertos en materia de
salud y economía, quienes ponen en evidencia los acontecimientos que se viven a
causa del multicitado “Covid-19”.
Las medicaciones e insumos para contener y
contrarrestar ciertas patologías son dosificados a su arbitrio por los emporios
que se dedican a su fabricación. Eso, aunado a la saturación de los hospitales,
hace prácticamente imposible la oportuna y correcta atención de los enfermos,
sin importar su padecimiento.
No hablaré del tan mezquino objetivo que se
oculta tras esta crisis; cada uno de vosotros, en su libre albedrío, obtendrá
sus propias conclusiones. Solo pido que se cuiden para no enfermar de lo que
sea; para evitar al máximo posible acudir a los centros de salud públicos o
privados y, eso, cuidaos mucho porque vuestras vidas son irremplazables.
Roberto Soria – Iñaki
Imagen pública
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