viernes, 20 de diciembre de 2019

Monólogo con el abeto amigo




Hoy, como cada año, vuelvo la mirada atrás, parado enfrente del abeto cuyas ramas lucen esos copos blanquecinos que sin duda, ha ganado con el paso inexorable del valioso tiempo.

            El clima es gélido; aún así, el sudor por el esfuerzo de llegar hasta la cima perla mi ensanchada frente. Aspiro hondo, y cuando el ritmo de mi corazón se estabiliza, lo miro y digo:

            —Hola, viejo amigo; supongo que al igual que yo, tú también padeces frío. ¿Sabes? A veces siento pena de pensar que estás aquí, tan lejos de la civilización, y al menos para mí, la soledad es un dilema. Pero luego reflexiono; saber que vives en lo alto de este risco, custodiado por la naturaleza que se muestra generosa, me conforta.
Llegar a ti no me resulta tan sencillo, al menos no como en los viejos tiempos, donde mis piernas eran fuertes como el roble que se sabe bendecido. Mis reflejos ya nos son felinos, así que, lo escarpado del camino en estos lares hace del andar algo cansino. Pero aquí me tienes; prometí volver sin importar lo crudo del invierno y he cumplido.
Debo confesar que tuve miedo de faltar a nuestra cita. Las enfermedades anunciaban un futuro incierto, y la edad…, la edad; pues qué te digo, hace alarde de seguir y yo, también le sigo. Pero cambiemos de tema: He traído para ti estas esferas. Cada una tiene nombre; algunos son de familiares, otros, de mis mejores amigos. Todos ellos, por desgracia, ya se han ido.
El viento que acaricia el norte ya se siente en todas partes, y como siempre, anuncia la llegada de la blanca Navidad que habrá de despedirse cuando muera el año… Un año más, querido amigo; un año que se escapa entre altibajos que hacen mella en el intento por lograr la paz que el mundo necesita. Pero, ¡venga ya! Olvidemos la tristeza en estas fechas y permite que te cuelgue los adornos que he traído.
No sé si volveré cuando las manecillas del reloj sentencien el final del ciclo que muy pronto ha de nacer, pero al menos hoy…, al menos hoy, estoy contigo.

Roberto Soria – Iñaki
Imagen pública

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