viernes, 5 de julio de 2019

Pasodoble del Cantante



Cierto que quise matarle, echar mano del cuchillo, ¡cortar de tajo su cuello!, aquel que tanto besé, por placer y con deseo; pero…, me abandonaron las fuerzas.

Me pregunto qué hice mal, si dejé mi mundo atrás para seguirle los pasos, como perro que acompaña para ganar la caricia, pero él ya no me amaba, lo supe por su malicia.

Una tarde calurosa comenzó la pesadilla; ¡poniéndome de rodillas me golpeó inmisericorde! Y aunque quise defenderme no pude con la deshonra. ¡Después de tanto violarme se abotonó la camisa, y con sorna despiadada me dijo entre risa y risa!
—Me voy con otra mujer; podéis moriros si quieres, pues poco y nada me importa; me interesan los placeres —y se marchó…

A la mañana siguiente los vecinos pregonaban:
«Con una bala en la frente, encontraron al cantante. Se sospecha del marido, de la dama que en su nido, le dio placer al amante».

Roberto Soria – Iñaki
Imagen pública©



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