Miro la butaca, aquella que dejaste
sola y fría, tan huérfana de tu calor porque tu cuerpo ya no está y yo... ¡Por
qué te fuiste?, si sabes que mi corazón es débil lo mismo que la rama más
delgada del Rosal que se ha secado por tu ausencia; vara que por cierto hoy
cruje.
Mis ojos se han secado; las gotas que brotaban se
extinguieron. Sé que moriré sin ti, mas cuando el tiempo en mi reloj decida no
avanzar, en el último tic-tac pronunciaré tu nombre, y dormiré por siempre,
soñando que volvemos a encontrarnos y que tú..., me besarás con la pasión de
siempre.
Imagen pública
No hay comentarios:
Publicar un comentario