jueves, 2 de julio de 2020

Y entonces escuché.



[...] y entonces escuché, dejando el ego en un cajón del viejo armario. Era tiempo de decirle adiós a tanto odio, porque mis noches detestaban el insomnio.
Sí, escuché; mis manos temblorosas extrañaban sus caricias, mas quedé sin habla por temor a confesarle mi desdicha. Evento del pasado.
Escuché; las razones eran clavos perforando mi consciencia. Me puse de rodillas y lloré, sin el temor que desgarró el ayer por su abandono.


by Roberto Soria – Iñaki
Imagen pública


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