viernes, 21 de diciembre de 2018

Contrastes



Días de interacción personal a través de los diferentes medios de comunicación; amigos y familiares, cada uno exponiendo su resumen del año que agoniza.
La mayoría coincide en que el inventario en este período no fue el esperado: «Saldo rojo» dicen los Contadores. Pero; ¿de qué va la vida…? Muchos de los que iniciaron este turbulento viaje no pudieron concluir el proceso; unos decidieron bajarse del tren antes de tiempo. Cansados, frustrados, vencidos, incluso algunos…, muertos. Otros, se aferraron al trayecto apostando por la continuidad sin importar lo sinuoso del camino; cayéndose y levantándose, maltrechos, pero convencidos de que la única forma de alcanzar la meta es avanzando hacia ella.
Atento escucho sus anécdotas y al final de la llamada —en muchos casos— concluyo… «Equipajes muy pesados» Llenos de tristeza y desolación, repletos de enfermedades y carentes de oportunidades, como el de esas familias que van deambulando sin destino fijo. Desintegradas, emigrando de sus lugares de origen por esa necesidad de supervivencia tan costosa porque respirar resulta caro.
No todas las llamadas realizadas convergen en lo mismo, por supuesto; también hay —aunque pocos— quienes se manifiestan favorecidos, tanto, que desde los primeros días del mes dieron comienzo a los preparativos para las festividades decembrinas. Sus mesas lucirán manjares exquisitos y, bajo los abetos comerciales, los regalos esperarán por esas manos inquietas que habrán de romper las envolturas que nos ofrece el consumismo.
En todos los casos habrá felicitaciones y abrazos. Los buenos deseos como los de la salud, el bienestar y la prosperidad se harán presentes pero… ¿Cuántos de ellos estarán realmente acompañados por el espíritu de la Navidad? Buena pregunta.

«Dejaré colgados del perchero los siete pecados capitales para descubrir un mundo nuevo.»


Roberto Soria – Iñaki
Imagen pública.


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