lunes, 23 de noviembre de 2020

Sociópata



[...] muchos quieren lo que no poseen, en especial cuando se es pobre de mentalidad y espíritu: ansían dinero, joyas, propiedades, riqueza y, cuando lo consiguen, buscan el poder, un poder malentendido.

Una vez alcanzado el objetivo, lo filosófico, así como los sueños de bondad y buenas intenciones quedan relegados: los nobles sentimientos desaparecen como por arte de magia, y ese mundo que sirvió como morada cuando no se tuvo nada, deja de existir.

Se idolatran nuevos dioses; se tienen nuevos "amigos", vecinos y muchos, muchos conocidos que coinciden, estúpidamente, en ser dueños de la verdad absoluta.

Esa es la vida de Andrés: un hombre megalómano, sospechoso de asesinar a uno de sus hermanos de sangre cuando ambos eran jóvenes; delito impune porque sus propios padres sobornaron a las autoridades encargadas de la investigación para dar por terminado el caso. ¿Por qué? Quizás nunca se sabrá.

Hoy, años después, Andrés es un sociópata, un hombre miserable y sin escrúpulos que destruye todo lo que toca: lo hace porque se sabe intocable, protegido por la élite conformada por sectarios tan mezquinos como él.

Me pregunto qué sería de Andrés si sus padres lo hubieran denunciado en aquel lejano entonces, y como esa, muchas preguntas que no tendrán respuesta por un acto, para muchos, irresponsable.


Roberto Soria - Iñaki

Imagen pública.

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