En amena charla con uno de mis lectores surgió un
cuestionamiento ineludible… «¿Cómo es que tienes esa magia para escribir tus
relatos?», me preguntó sin darle largas. Mi respuesta fue inmediata —no sin
antes ruborizarme por lo que consideré un elogio— argumentando que mis textos
estaban sustentados en historias reales.
—Lo único que hago para lograr el efecto es diseñar la
indumentaria y montar los escenarios; todo a través de mis análogas palabras
—le dije sin misterio.
Mi mente atesora tantas
vivencias, propias y ajenas, desmenuzadas cada una de ellas porque para mí, sin
excepción alguna, son aleccionadoras. Todo en esta vida tiene color y forma,
incluso lo intangible; el secreto está en la imaginación.
Como escritor busco transmitir lo que mi ojos —cual cámara
fotográfica— captan en esa dimensión que me conduce inconscientemente hacia el
detalle. Eso sí; siempre con respeto y honestidad porque los lectores lo
merecen.
Hablar de vida y muerte es un proceso natural, así que: ¿Por qué
no conjugarlo tal cual? Crudo, protagónico, estremecedor; porque así se
manifiesta…, por absurdo que parezca.
Reciban mi cariño.
Roberto Soria – Iñaki
No hay comentarios:
Publicar un comentario