Todas las mañanas iba por mi amor
yo confiaba plenamente en su cariño
le entregué completo todo el corazón
no vi que era incapaz de sentir, por mí lo mismo
Una tarde en viernes que no la iba a ver
presentí algo grave dentro de mi pecho
recorriendo calles yo me la encontré
ahí todo murió lo mató, quedó desecho
Yo vi cómo acariciaban su carita
yo vi cómo acariciaban sus cabellos
y ella sólo coqueteaba complacida
y yo estaba agonizando por los celos
No pudiste verme entre las sombras
era espeso el humo más las copas
ahí te dejo con tus ansias locas
yo me voy y no vuelvo jamás, me voy, qué poca.
Roberto Soria - Iñaki
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