Cuántas
veces descargamos las penas en el alma, la razón es lo de menos, el punto es que
saturamos de dolor el organismo y cuando ya no podemos controlar la presión
explotamos en contra de quien tenemos más cerca.
Es bueno
darle el valor real a cada cosa, dimensionar bien las consecuencias de nuestra
frustración y, tal vez lo más importante, pensar bien antes de generar situaciones
que nos alejen de nuestros seres queridos.
Hoy en
día le dedicamos tiempo a todo y a todos menos a nosotros mismos, todo radica en
la mente, incluido el tiempo, ¿pretextos para lograr esa cita consigo mismo? Hay
muchas, una tarde a solas acompañado de tu bebida favorita, quizá en un parque,
tu jardín, o simplemente en el patio de tu casa, permitiendo que tu mirada se
extravíe en el horizonte, escuchando esa voz interior que te reclama,
conciliando tu yo interno, dispuesto a otorgarte el perdón tan necesario.
La
vida es una, en realidad cómo queremos que sea, a lo largo de la misma cambiamos
a menudo el proceso, lo convertimos en una montaña rusa cuyas pendientes
pronunciadas nos provocan un vértigo asfixiante, y cuando nos volvemos viejos
queremos cambiar el curso, pero se hizo tarde.
No
esperemos a que la vida nos demande un cambio estructural y conductual, es
mejor iniciar de manera predictiva y preventiva la confección del atuendo que
usaremos para cuando los cambios lleguen, para ser feliz consigo mismo, para
hacer felices a quienes nos aman.
Hasta
pronto.
Roberto
Soria - Iñaki
No hay comentarios:
Publicar un comentario