martes, 8 de marzo de 2016

La bruja






Y allí me encontraba, parado frente a esa mujer en el centro de la nada, la verruga de su rostro le hacía lucir maléfica, abrió la boca para sentenciar con su aliento pestilente «Ven, acércate, soy tuya, sólo tuya.» Sentí temor pero no tenía salida, caminé hacia ella para bordear lo ancho de su espalda con mis brazos, cara a cara sus ojos saltones hurgaban en mi mente como pretendiendo descubrir mi punto débil, quizá para adueñarse de mi alma.

No sé cuánto tiempo transcurrió pero me pareció una eternidad,  absorbía mi esencia al punto de asfixiarme; cada noche era lo mismo, y aunque intentaba escapar no lo lograba.

A veces dormitaba en su regazo pretendiendo aparentar satisfacción, pero era astuta, ladina, me acechaba y sospechaba. A la media noche encendía la hoguera para entonar sus conjuros, a pesar de mis intentos no lograba detenerla, ella continuaba succionando mi energía para alimentar su ego.

La sombra de sus piernas zambas ante la luz de la fogata era aberrante, como pezuñas de cabrío, danzaba rituales medievales, el pelaje de su piel era abundante, me impactaba, me daba la impresión de que en cualquier momento se transformaría en un ente parecido al chupa cabras.

Muchas veces taché de malditos mis lamentos, mis quimeras me habían conducido hasta el averno para mantenerme preso, encadenado por mis propios miedos, por no mirar la realidad y refugiarme en un terreno espeso, junto a una prostituta que por si fuera poca cosa resultó ser una bruja.

La vida nos presenta en una especie de parábola caminos, acciones y personas que nos hacen reflexionar de una manera singular sobre nuestro comportamiento, no todo es como pareciera ser, mucho menos como uno quisiera que fuera.

Muchos son los que no obstante las pruebas categóricas de su maldad se resisten en aceptar la realidad de su miserable existencia, aún frente al espejo se rechazan a sí mismos y prefieren endosar sus actos a terceros en un intento por disfrazar sus mentiras.

Si ojos de Gato te impactó, espera a leer la historia de la Bruja, pasajes reveladores, sustentados en evidencia irrefutable y condenatoria. Acompaña a nuestro amigo caminante en una ruta hacia el terror, descubre lo inverosímil de las anécdotas que confundieron su mente enferma, déjate llevar por una experiencia cruel, broma macabra que germina en un corazón incrédulo, contaminado por el ocultismo.

Robert, en un intento por retomar el curso experimenta actos nunca imaginados, buscando incesante regresar al lado de su amada Isabela y despertar de la más horrible de sus pesadillas, alucinación que finalmente es disipada por la verdad, por el amor.



Roberto Soria - Iñaki


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